Qué bueno es que las empresas hagan estas campañas de concientización del uso de la tecnología en los afectos.
El cortometraje, devenido en campaña de una marca de indumentaria, trata de la dependencia tecnológica en que vive nuestra cultura.
Su mensaje pretende despertarnos y hacernos reflexionar sobre la naturalización del desencuentro, el ensimismamiento y el autismo social que ocasiona el mal uso de la tecnología.
“Hay algo fuerte que nos está pasando y que no lo podemos manejar. Ayer vi a un motoquero que casi choca por enviar mensajes arriba de la moto” dice uno de los realizadores, Nicolás Cuño.